En nuestra vida deberíamos tener un centro. Es fácil equivocarnos, equivocarME, mejor dicho y centrar, sin darnos cuenta, toda nuestra atención en e.g.: la generación de dinero o la preservación de la belleza física.
La verdad es que, yo, siendo estudiante y teniendo el futuro indefinido, suelo pensar muy a menudo en diferentes 'scenarios'. Me veo de repente como ejecutiva sumamente eficiente, en otro momento me imagino llevar una vida guiada por lo artístico, pero vacilo mucho entre polos tan opuestos porque no estoy segura de cual podría llegar a hacerme feliz. Y es entonces que me acuerdo de una pequeña historia que conozco pero que no tengo la menor idea de donde salió. Es un pequeño mito acerca de la felicidad (voy a tratar de escribirlo de memoria):
Dios/El creador/you-name-it, se encontraba sentado en la mesa de creación. Estaba pensando dónde poner la felicidad plena y verdadera, para que el hombre no pueda encontrarla tan facilmente. Dijo, 'Ya sé, lo pondré en la cima de la montaña más alta del planeta! De seguro que no les será tan fácil'. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que un hombre atleta escalase hasta dicha cima.
De regreso a la mesa de creación, se dijo D/EC/YNI.
'Dónde, dónde, dónde. ¡En el fondo del océano más profundo!' No obstante, tampoco pasó mucho tiempo hasta que un hombre ayudado con tecnología llegase a tal lugar.
Lo puso en mitad de la selva más impenetrable, peligrosa y despiadada pero el hombre llegó. Lo puso sobre el desierto más árido pero el hombre se las ingenió.
'Dónde, dónde, dónde'. Dios/EC/YNI pasó días enteros pensando. Porque lugar que ponía la felicidad, lugar que el hombre la descubría. Entonces, repentinamente, Dios/EC/YNI, lo tuvo!
'Pondré la felicidad en el único lugar que el hombre no se le ocurra buscar: dentro suyo'.
Lo que quiere decir esta historia es que no necesitamos cosas exteriores para ser realmente felices. Tenemos que trabajar para encontrar la verdadera y perfecta felicidad que se encuentra dentro nuestro.
Yo celebro cualquier religión que nos ayude a hacerlo.
Entonces, volviendo al hilo central de este post, las cosas que deberían ser nuestro centro verdadero podría ser resumido en tres puntos:
1. Aspecto espiritual: acercarse más a Dios/lo-que-sea cada día más
2. Ser feliz, disfrutar cada día: Carpe Diem.
3. Hacer feliz a otros: Es la forma más inmediata y fácil de salir de un momento triste (amar a tu prójimo como a ti mismo).
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